“El objetivo del artista no es
instruir al espectador, sino proporcionarle información”[1]
Sol Lewitt
El término Manifold, generalmente utilizado en matemáticas, física e informática, significa variedad (múltiple, diverso, numeroso).
Un plano, por ejemplo, es un
contenedor de variables, activas o potenciales, que buscan su propia
organización material y sensible. La pintura, y en general cualquier superficie
bidimensional, pueden asimilarse a dicha premisa. En el caso del proyecto
homónimo de Luis Villamizar (Maracay, estado Aragua, 1947) basta
con pequeños trozos de tela sobre madera artificial o colocados directamente
sobre la pared. La tela es el material, el soporte y el motivo. Todo se deriva de la intervención
estratégica de la superficie con cortes, pliegues y perforaciones, las cuales permiten pasar del plano
homogéneo a configuraciones más complejas e inestables. Surgen de allí líneas,
círculos, cuadrados, así como
sus variantes dinámicas.
De cierta manera, los Manifold de Villamizar son dispositivos de relaciones
múltiples que funcionan como
“pantallas” de operaciones mentales. Para el artista, el pensamiento precede la
forma, lo que significa que esta última se puede entender como la manifestación
fáctica de la estrategia intelectual que la propicia.
No queda claro si los Manifold son dibujos, pinturas o relieves; cuestión que en verdad ya ha
perdido relevancia en la era de los transmedios. Lo que sí es importante y definitorio,
es el propósito reflexivo que los anima en cuanto ejercicio intelectual y
estético. En realidad, la
propuesta no se refiere a lo que vemos, sino a la manera en que pensamos. La
lógica es una herramienta para establecer relaciones y desenredar acertijos,
especialmente aquellos que permiten la estructuración de las formas, su
aparición y desvanecimiento.
Los Manifolds se recortan en el contexto de dos tradiciones en tensión:
una “analítica”, centrada en la pureza de las formas y asociada con la
abstracción geométrica; otra “deconstructiva” que enfoca el arte como una
proposición de lenguaje.
El proyecto está compuesto por una
selección de obras de mediano formato realizadas en tela, grafito y pintura
sobre mdf, fechadas entre 2005 y
2006. Con un repertorio cromático bastante austero que se limita al negro el
blanco y el color de los materiales “crudos”, el cojunto dialoga con una serie
de fotografías de intervenciones en la naturaleza datadas en los años
setentas.
Mesurado y consistente, el itinerario de Villamizar no se aferra a ninguna doctrina estetica, sino que va desarrollando su trabajo de manera sistematica. Los Manifold aportan una visión sintética, derivada de las intervenciones en espacios naturales realizadas por el artista en los alrededores de Caracas, el litoral de la Guaira y los médanos de Coro en los años setenta. Interesado desde entonces en el estudio del espacio euclidiano y la teoría de la relatividad, abordó las nociones de pliegue y despliegue en el paisaje, centrándose en el efecto de las modificaciones físicas sobre la percepcion y el pensamiento. "En un solo contexto -afirmaba entonces- se relacionan numerosas variables y se multiplican las conexiones espaciales"[2].
Los Manifold son la manifestación lógica de aquellas tentativas primigenias e intuitivas, especialmente en trabajos como Guías perdidas (1976). Los pliegues en la arena, las páginas borradas, la transformación de los contornos gracias a la incidencia de las variables naturales, son esas líneas y formas que ahora ingresan en estos relieves elaborados en el estudio. A veces comprendemos las cosas antes de poder verlas. En ocasiones, sin embargo, vemos lo que sucede sin poder entenderlo. Los Manifold, entonces son paisajes diagramados, como si se tratara de un atlas tectónico de la diversidad. La línea, el cuadrado y el círculo progresan o evolucionan sobre si mismas, dando lugar a múltiples configuraciones. Su dinámica es consecuencia de desplazamientos calculados pero infinitos.
[1]
Sol Lewitt. En: Navarro, Mariano. Las
fotografías encadenadas de Sol Lewitt. El Cultural, 26-06-2003. http://www.elcultural.com/revista/arte/Las-fotografias-encadenadas-de-Sol-LeWitt/7400
[2]
Cfr. Ramos, Maria Elena. Luis Villamizar.
La relatividad del espacio. Arte y naturaleza. Carta Ecologica. Lagoven, 1987
Por Luis Villamizar
Nuestra visión es el producto
final del desarrollo lento y largo de una construcción, y esta construcción depende más de
operaciones mentales que de la percepción. Las leyes de la perspectiva son
regidas por la lógica y no por formas visuales “a priori”.
En la medida en que se desarrolla
el pensamiento conceptual se observa más atención hacia las relaciones lógico
objetivas que hacia las afectivas y las emociones. Es por adaptación a las
cosas que el pensamiento se organiza a si mismo y es organizándose a si mismo
que estructura las cosas.
El concepto de “manifold” remite a
una representación de variables dentro de un sistema de conexiones espaciales
que se caracterizan por la multiplicidad y simultaneidad en cuanto a presencia
y relaciones. Los “manifolds” vienen a ser un escenario natural de problemas
que requieren numerosas variables.
ProyectArt
Arte y Comunicación 2006