Hacedor compulsivo de proposiciones diversas y simultáneas,
Claudio Perna (Milán, Italia, 1938 – Holguín, Cuba,
1997) ocupó su energía en varios proyectos
durante 1975, año en que colaboró con Charlot Moorman en dos de sus presentaciones
en el Festival de vídeos del Museo de
Arte Contemporáneo de Caracas, expuso "Autocopias" en el MBA, hizo
infiltraciones junto a Bernardo Moran, Héctor Fuenmayor, Luciano Perna y Joe
Troconis en la Galería Conkright de El Rosal en Caracas, al tiempo que
realizaba fotos intervenidas, polaroid y trabajaba en los Block Caribe. Las Maculaturas, forman parte de ese
torrente creativo. Se trata de 29 folios de un cuarto de pliego de cartulina
impresos por ambas caras donde se superponen pruebas de imprenta de folletos
institucionales y corporativos, libros, invitaciones, revistas y catálogos de
arte.
Textos e imágenes de diferente carácter se combinan azarosamente
sobre la superficie: harina pan con arte colonial, cigarrillos y ofertas de
pascua con obras de arte, vistas de ciudades con índices estadísticos, planos
de color, transparencias y manchas, entre otros elementos discordantes. Pese a
ello, el material arroja algunos indicios reveladores que remiten a la
producción editorial de la época, al tiempo que dejan ver parte de las
inquietudes y predilecciones estéticas de Perna - por ejemplo, la iconografía
del pop art- que más tarde se verán reflejados en su trabajo gráfico y
pictórico. Algo de esta estrategia se vislumbra, por ejemplo, en las manchas de
tóner en algunas de sus Autocopias realizadas
a partir de recortes de periódicos y libros. En aquellas como en las Maculaturas, Perna aprovecha el error y
lo utiliza como punto de partida, para explorar los estratos superpuestos de
una realidad definitivamente impura, maculada.
En un mundo que hasta no hace poco buscaba la perfección y la
pureza, en realidad hay máculas por todas partes, ya sea en esas manchas negras
en la superficie de los planetas, o en esa aureola lútea de 5 mm (amarilla) que
se localiza en la retina, precisamente en el área de mayor agudeza visual del
ojo humano. Contrariamente a lo que muchos desean, el mundo visible es un
reino maculado, marcado por el estigma del error.
Pero en vez de "macular" (oficio residual de la
actividad impresora y práctica común de algunos informalismos pictóricos), Perna aboga por recuperar o seleccionar
lo ya maculado, para ingresar la mancha rescatada al régimen de visibilidad de
las "bellas artes". Esas superficies compuestas por capas
superpuestas, fuera de los estándares admitidos e ilegibles en su mayor parte,
configuran una trama paralela que se desvía del sentido original de las
representaciones.
Entre la entropía visual y el arte sólo hay un paso: la
selección consciente e intencionada de determinados motivos. Precisamente esa
es la operación que convierten estas Maculaturas
en algo significativo, tanto en términos estéticos como conceptuales. Perna, en
su insaciable exploración de los medios impresos, de la fotocopia al cartel, de
la fotografía a la serigrafía, consigue un nuevo sentido para esos pliegos
desechados, encontrando un ámbito para la compatibilidad de lo diferente, para
el encuentro con lo incongruente.
El segmento más extenso del conjunto, precisamente donde aparece
la figura de Mao Tse-Tung realizada por Andy Warhol en 1972, está relacionado
con una exposición titulada “Gráfica Internacional”, inaugurada por la Galería
Conkright el 14 de diciembre de
1973 y en la cual participaron obras gráficas de unos 25 autores venezolanos
(Gego, Leufert, Flores, Soto, Cruz-Diez), latinoamericanos (Abularach, Viano,
Porter, Camnitzer, Polesello), europeos (Miró, Fontana) y estadounidenses
(Oldenburg, Lichtenstein, Warhol). Roberto Guevara reseñó la exposición de la
Conkright y describió la citada obra de Warhol como “el juego amargo con los
dioses de un olimpo oxidado”, una especie de “evocación desesperada y
decadente, la magnificencia del derrumbe”[1].
En las Maculaturas de Perna, la
efigie del líder chino se yuxtapone con anuncios publicitarios e impresos
institucionales, conjugando hallacas y harina pan con vestigios del boletín
estadístico del INCE y del manual de biología de segundo año de bachillerato.
Más allá de la cuestión estética, las “Maculaturas” de Perna guardan relación con su interés por los
medios de reproducción técnica y el consumo masivo, aspecto programático de la
cultura pop y factor recurrente en la
obra del artista. Lo que está en juego es un tipo de operatoria centrada en la
manera de articular el proceso artístico; es decir, un sistema para la creación
y la experimentación basado en mecanismos de producción no necesariamente
artísticos.
De ahí esa persistencia en procedimientos técnicos de alcance
masivo como la xeroscopia, la fotografía popular y la imprenta. La postal, el
cartel y demás producciones impresas como las Maculaturas, constituyeron un soporte no convencional de cara a
nuevas búsquedas, más interesadas a la comunicación de significados sociales
que a la generación de resultados o productos estrictamente estéticos. Según
acota Gerardo Zavarce, Perna va hacia el margen, buscando los procedimientos de
uso más común que lo acercan al imaginario colectivo y que para entonces
permanecían "fuera de registro" en las representaciones canónicas del
arte. Consecuentemente, el autor
nos confronta a la obra como palimpsesto, soporte de pruebas, errores,
apariciones fortuitas y significados inesperados.
[1] Guevara,
Roberto. Gráfica Internacional. El
Nacional, Caracas, 18/12/1973. En: La profundidad de ver. Textos escogidos de
Roberto Guevara. Consejo Nacional de la Cultura. Caracas, 2002, p. 117.